Un año mas, bajo un calido Domingo de Pasión aparecia por el horizonte el "Barco" de Ntro. Señor Jesucristo en el Misterio de su Gloriosa Resurrección galeón de fe que cruzaba los rías de asfalto camino de su casa, de su bendito Barrio el que ha visto a esta Hdad. crecer y madurar...Santa Bárbara, donde amarrará sus anclas hasta el próximo Domingo de Resurrección. Alrededor del paso, un mar de Hermanos, familiares, amigos curiosos, costaleros... cuyo unico pasaporte al paraiso es su costal, quizás sólo en esta ciudad sea capaz de concentrar tanta gente alrededor del traslado de un paso. Dias antes, nuestros Hermanos de la Señora como cariñosamente se le conoce a Ntra. Sra. del Amor Hermoso en su Inmaculada Concepción realizaron la mudá del altar sobre el que se paseará por las calles de Linares repartiendo Amor a todo aquel que contemple su Bendito rostro. Todo esta listo y preparado para que, llegado el día proclamemos por las calles de nuestra Ciudad el Misterio de la Resurrección. Llegados a este punto, a mi cabeza me llegan los recuerdos de aquellos ensayos previos a la Cuaresma. Tardes de frio, lluvia, de aquellas levantas al golpe del martillo, aquellas risas, lagrimas y esfuezo vivido junto a mis compañeros de trabajadera... mis Hermanos. Un esfuezo recompensado con creces cuando al salir por las puertas de Santa Barbara observas atraves de la oscuridad del faldon las miradas de aquellas personas que anelan con deseo ver el Divino rostro del Señor Resucitado y su Bendita Madre, ver como recorre por las mejillas de este gente unas lagrimas que, al contrario de lo que pueda parecer son de alegria. Recuerdos y vivencias que quedaran grabadas en mi mente y que, dificilmente serán borradas. En mi corta trayectoria en este mundo costalero muchos han sido las personas que me han preguntado el por que ser costalero, tachandome incluso de loco por esta ilusión, esta devoción... esta Fe. No hay palabras para describir el por que de ser Costalero, el poder ser los pies que guien el camino de Mi Señor por las calles de su Ciudad. Por esto mismo, simplemente dejo que mi corazon hable por mi.

Hermanos, cada momento vivido junto a vosotros, cada recuerdo... es algo que jamas se podra olvidar y por lo que cada día que me levanto me siento mas orgulloso de pertenecer a esta Hermandad, a esta familia... Mi familia.