Herido con su Mayor Dolor, sale mi Cristo en la Madrugá (Linares, 2015)

Es Viernes Santo, Madrugá Linarense. Todo está preparado para verte un año más, la ciudad se ha vestido de tu morado, y las gargantas s...


Es Viernes Santo, Madrugá Linarense. Todo está preparado para verte un año más, la ciudad se ha vestido de tu morado, y las gargantas se preparan para poderte rezar, ya ha caído la noche y el pueblo minero espera impaciente, una vez más la Plaza de San Francisco espera tu salida siendo testigo mudo de la fidelidad de tu gente, que año tras año te espera para ser tu Cirineo de Pasión. La Banda va en tu busca, se abre paso entre la gente para llegar hasta tu puerta, la Centuria Romana te custodia en el interior del antiguo Templo Franciscano, los nazarenos tras un caperuz buscan en tu mirada la paz que reconforte y los ayude en su caminar por las calles de nuestra Ciudad. 
 En la lejana, un mar de costales desciende por la calle cargando sobre sus hombros las benditas andas con las que en cada levantá te llevaran al cielo, acercándoles así tu bendito rostro a todos aquellos ángeles que ya esperan verte salir desde el balcón de los cielos. Ya ha llegado el momento, Linares se queda a oscuras, y la niña Nazarena llena de Mayor Dolor espera con la mirada clavada hacia la puerta de la Iglesia. Varios golpes fuertes y secos retumban en toda la plaza mientras una voz se alza en la Madrugá que dice: " abrid al Nazareno y que sea para todo el mundo" las puertas son abiertas para el Rey de Linares, mientras el pueblo minero se quedo mudo contemplando tan bella estampa, resuenan trompeteros, y tu Ciudad quiere romper ya su garganta, la marcha suena más fuerte, los trompeteros exclaman al cielo y la luna ilumina tu cara. La mano que todo lo puede, comienza a moverse y Linares estalla en un grito de fe, en un suspiro de alegría, en un inmenso abrazo de esperanza, se escuchan palmas, los vivas al Nazareno son lanzados al cielo desde cualquier punto de la Plaza, los ancianos lloran al verte y en los rostros de los niños se dibuja una sonrisa, y tras esos caperuces que te acompañan en tu caminar, retienen un grito, retienen ganas de estallar en guapo en oles y vivas. Los ojos lloran, y a merecido la pena, esperar un año para verte. 
Tu mano dejo de moverse, y Linares vuelve a encender sus luces, poco a poco, como si aún no quisieras marcharte, comienzas a caminar cargado con las Cruz de las plegarias y las oraciones que día a día recibes desde tu altar. Se escucha un grito de costaleros a la vez que el capataz mandar la primera levantá al cielo: Dios de linares, te espera tu Madrugá.

Publicaciones que quizás le pueda Interesar

0 comentarios

Flickr Images