El Jueves Santo amanecía en Linares con enorme incertidumbre en cuanto a meteorología se refiere, la larga espera hasta que llegase la hora en la que las Puertas del Templo de San Agustín se abrieran para dar paso a la primera de las Hermandades que componen la nomina del Jueves Santo se hacia interminable, por este motivo decidimos desplazarnos hasta la vecina Ciudad de Úbeda para poder contemplar la primera Estación de Penitencia del Jueves Santo Ubetense, la Cofradía de Ntro. Señor de la Oración en el Huerto y Ntra. Sra. de la Esperanza. Alrededor de las 11 de la mañana llegamos a la Ciudad Renancencista y callejendo por sus estrechas calle llegamos a la Plaza Primero de Mayo, conocida popularmente como "Plaza del Mercado". Antiguamente esta plaza era el centro social de la ciudad, en este mismo lugar se encuentra la imponente Iglesia de San Pablo, las Antiguas Casas Consistoriales y en el centro de la plaza el Monumento a San Juan de la Cruz, sin duda alguna un marco de gran belleza.

 He de reconocer que durante los años que estuve en esta Ciudad por motivos de estudios siempre he tenido una gran curiosidad por conocer las tradiciones y costumbres, por ello siempre que podía me escapaba de capilleo con un buen amigo mio, mostrándome una Semana Santa que hasta ese momento no conocía, siendo la principal identidad de esta festividad Ubetense lo que  realmente me gusto. La Semana Santa de esta Ciudad Renacentista es la combinación perfecta entre la armonía del dolor y la pasión de Cristo con la riqueza colorista de Andalucía, dando lugar a un modelo único y original. Sus imponentes tronos tallados en madera  o artisticamente labrados en orfebrería mecidos por el buen hacer de sus costaleros y portadores fue algo que me cautivo desde el primer momento que hicieron que me interesara por un estilo y tradición totalmente opuesto al que conocía en mi Ciudad. Debido a las grandes dimensiones de algunos tronos Úbetenses, son llevados a ruedas como es el caso de los tronos de esta Cofradía, Ntro. Señor de la Oración en el Huerto y Ntra. Sra. de la Esperanza.

A lo lejos podían escucharse los sones de la Banda de Cornetas y Tambores propia de esta Cofradía que habría paso a sus imágenes por las principales calles del Casco Histórico, así como calles principales de esta Ciudad, una Banda de Cabecera muy distinta a las que estamos acostumbrados a ver y escuchar por las calles de nuestra Ciudad ya que, a diferencia de nuestras Bandas que interpretan adaptación de Bandas Sonoras, cantos liturgicos o composiciones propias, estas Formaciones Musicales Ubetenses interpretan durante sus Desfiles Procesionales Marchas Militares. No tuvimos que esperar mucho tiempo para poder contemplar el imponente paso de Misterio obra de D. Alfredo Lerga Victoria. Me soreprendio mucho ver estos Tronos de grandes dimensiones, mas propio de la estética castellana o incluso Malagueña a mi humilde entender. Las imagenes que componen el misterio que representa el momento en el que Cristo en actitud orante profundamente triste pero lleno de serenidad, arrodillado pero esbelto, atendiendo al angel que lo conforta mientras eleva el caliz en su mano derecha. Pedro, Santiago y Juan aparecen en la parte posterior dormidos bajo el tronco de un olivo, configurando una estampa llena de armonia, equilibrio y elegancia. Todas las tallas son obra del Escultor D. Federico Coullaut-Valera .

La Ciudad de Úbeda es testigo, un año mas de la luz que desprende la mirada dolorosa de Cristo que cae sobre el cáliz. Tras El, una madre llena de Esperanza bajo Palio, una madre que mira con dulzura dentro de su pena. Vestida de blanco para que la luz de su alma no deje de iluminar el camino de aquel que se postra ante ella y de verde... el color de la Esperanza, algo que nunca deberiamos de perder y que tendria que ser lo ultimo que se apagase en nuestros corazones.
Con un muy buen sabor de boca y con un grato recuerdo en nuestra memoria, iniciamos el camino de vuelta hacia Linares y contando las horas que faltaban para que Cristo en el Huerto de los Olivos fuera Prendido en el Getsemaní Linarense...