Al mismo son que avanza la primavera, al mismo ritmo acompasado con el que tus hijos Costaleros te llevan sobre ellos, al igual que la flor crece para ser depositada a tus plantas, así late nuestro corazón cuando cruzamos el umbral de la puerta de Santa Bárbara para venir a verte, pausado, sereno, plácido. Ese pellizco que les recorre a los enamorados es el mismo que cuando pienso en ti... Madre del Amor Hermoso, tus ojos reflejan el mismo color de un atardecer de primavera, donde el sol se va dejando acariciar en el horizonte por una tímida oscuridad que no se atreve a aparecer. Tu semblante eleva al cielo las almas de aquellos que sufren, los desvalidos, los que se sienten angustiados y cargado de los problemas de la vida. Tu puedes ser la intercesora para paliar los sufrimientos. Madre del Amor Hermoso, gozo de Santa Bárbara, Reina de un barrio humilde, Madre de los Afligidos, protectora de los necesitados, perdona si en algún momento te hemos fallado pero sabedores de tu perdón. Reina y Madre, aquí nos tienes a tus Hermanos y devotos postrados ante tus plantas, recibiendo tu mensaje de amor.

¡Felicidades Madre!

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-Texto: Enrique Ribero, Boletín Hdad. de la Resurrección de Linares Nº 70