El pueblo Linarense recibe un año mas, la Bendición del Nazareno

Jesús camina cargado con la cruz hacia el calvario en la Madrugada Linarense. Horas de Penitencia y Silencio, de Mayor Dolor y cruces en el...


Jesús camina cargado con la cruz hacia el calvario en la Madrugada Linarense. Horas de Penitencia y Silencio, de Mayor Dolor y cruces en el camino. El pueblo de Linares acude a su cita con Jesús el nazareno, ese Cristo de los mineros, de los trompeteros, de los saeteros... Es la magia de la madrugada la que marca la frontera entre el camino hacia el calvario del Jueves Santo y el camino hacia el calvario que se va a producir en el momento en el que salga del antiguo Convento Frasciscano. Mucho antes de las cuatro de la mañana por las solitarias calles de la Ciudad se escuchan tambores mientras avanza una marea de nazarenos vestidos de morado a los sones de "Aida", marcha insignia y todo un Himno dentro y fuera de la Hermandad interpretado por la Banda de Cabecera, al AM. Ntro. Padre Jesús Nazareno. A su paso estos músicos nazarenos despiertan a los que duermen mientras que, en las Ocho Puertas centro neuralgico de la Ciudad, el tradicional y emotivo sonido bronco con sabor antiguo de los trompeteros, lanzan al aire gemidos de amor con los que será recibido el Señor de Linares en su reencuentro con el Pueblo de Linares. Mientras tanto, en su Casa de Hermandad, María Stma. del Mayor Dolor ya tiene su candeleria encendida a la espera de iniciar el camino que la conducirá por la Via Dolorosa Linarense hasta llegar a una plaza de San Francisco en donde el Discípulo Amado, San Juan Evangelista ya espera la salida del Jesús el Nazareno.



Se acerca la hora, y en el interior de la Iglesia de San Francisco, el Señor de Linares ha bajado de su hermoso altar entre oraciones y sombras alargada de cirios de la noche del Viernes Santo. Escoltado por su Centuria Romana Nazarena, Ntro. Padre Jesús Nazareno es llevado hasta el cancel de la puerta. El paso es colocado frente a la puerta de la iglesia puesto que, debido a la estrechez de la misma el canasto con las imágenes de Ntro. Padre y el Cirineo salen del interior de la Iglesia de San Francisco. La luz de la plaza es apagada y de entre la oscuridad emergen varios golpes secos en la puerta de la Iglesia y una voz que grita, ¡abrid las puertas, y que salga Jesús el Nazareno!. Un chirrido de cerrojos suenan y la puerta se abre ante el silencio y emoción de un pueblo que espera como Jesús Nazareno aparece suavemente por los umbrales de la puerta para saludar y dar su Bendición un año mas.
La multitud que allí espera al Señor de la Ciudad comparte una sola lágrima, un solo sentimiento, todas las emociones posibles hacia su Nazareno. Su mano siempre Bendiciendo despiertan las emociones y los vivas de quienes quienes quieren retener cada año este momento. Desde un extremo de la plaza, una trompeta comienza a interpretar la marcha "Oración" con la que Ntro. Padre Jesús Nazareno iniciará la primera de las tres Bendiciones que impartirá al Pueblo de Linares. Su mano derecha la desliza formando la figura de la Santa Cruz mientras hace brotar lágrimas a los sones desgarrados y broncos del tercio de trompeteros.










Aun no ha asomado el en cielo las primeras luces del día y el Cristo continua con su caminar con la Cruz a cuestas hacia el Calvario entre una multitud, caminando hacia nuestra Redención derramando su gracia y dejando huella de su divinidad. Poco a poco la noche va perdiendo su velo vistiéndose de amaneceres llenos de oraciones, saetas y gritos desgarrados pidiendo perdón y ayuda para este Pueblo de Linares que tanto lo necesita. El olor a cera desplaza al del incienso en esta Estación de Penitencia interminable de nazarenos enlutados con cíngulos dorados como un latigazo del sol madrugador sobre la túnica morada.
Encorbado y agobiado, ayudado a duras penas por el Cirineo camina nuestros Padre Jesús Nazareno, pero el camino hacia el Calvario se ve dulcificado con la presencia de la madre, fiel hasta el final y confortada por el Apóstol querido. María Stma. del Mayor Dolor, la madre de los Nazarenos con cara de niña que se ha echo mujer de pronto, que ha crecido ante el profundo dolor pasea sobre su paso bajo un palio de infinitas estrellas llevada de forma magistral y con mimo por sus benditos ángeles Costaleros que este año han cumplido su XXV Aniversario bajo las benditas trabajaderas de la Madre. El dolor se hace sereno y dulce, el cielo tiende su manto sobre ella naciendo con su claridad el dolor de una Madre y el sufrimiento del hijo.











Y llego el momento, una multitud de personas se agolpan en la plaza de Santa Margarita para contemplar una vez mas la ceremonia de la Bendición. Cristo con la cruz avanza bajo el peso de la cruz, su rostro muestra las huellas del sufrimiento y la sangre corre por su faz debido a la presión de las espinas. San Juan Evangelista sale al encuentro de la Madre y le muestra el camino hacia el lugar donde se encuentra su hijo. El Señor de la Ciudad vuelve a levantar su brazo derecho y da la Bendición al pueblo de Linares entre aplausos y vítores.
Ya en su regreso al antiguo Convento Franciscano, la plaza de San Francisco late al pulso de la vida y por las venas de sus calles fluye la sangre morada de esta Hermandad que tiene como candeleria la luz del sol, como salvabrisas el transparente cristal del cielo y como Cruz de Guía el campanario de San Francisco que se alza retando al vuelo de los pájaros.












Con tranquilidad y majestuosidad, Ntro. Padre Jesús Nazareno se despide de su pueblo, ese que durante toda las casi once horas de Estación de Penitencia lo ha acompañado con fervor por las calles de Linares.Por tres veces bendice el Dios, Padre... Señor, Nazareno en su calvario a su Pueblo. Linares baja la cabeza, reza y llora con el silencio amarrado a sus entrañas. Se acerca la muerte inexorable del Hijo de Dios, pero su Ciudad se vistió un año mas de Nazareno para consolar y fortalecer su Mayor Dolor... 


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