Hay fechas que quedan grabadas en la en la memoria, fechas que recordamos con cariño y admiración y que cada año se hace patente cuando el calor del verano aprieta con fuerza, llegando a sentir la brisa marina. Tradición marinera que desde el mar baña las orillas de nuestra querida Andalucía, ascendiendo por las aguas del rio Guadalquivir, impregnándose de este aroma los olivares de nuestra tierra. Tal y como manda la tradición, la Localidad Jienense de Andújar vivió el pasado 16 de Julio uno de los días más esperados para la barriada de la Lagunilla en esta tierra costalera, pues salía en procesión de Gloria la madre del Carmen. Una tarde-noche carmelita de puro sentimiento Costalero y entrega desinteresada de aquellas personas venidas desde distintos lugares que hicieron posible que Ntra. Sra. del Carmen pudiera navegar por las calles Iliturgitanas con D. Rafael Mondejar y D. Jesús Joyanes como Capitanes de este barco. Con repliques de campanas de fondo, el paso de Ntra. Sra. del Carmen se disponía a realizar una de las salidas más elegantes a manos de sus marineros del Costal... cuerpo a tierra manda el capataz para poder realizar la salida debido a la falta de altura en la puerta de la Iglesia de Santiago Apóstol. Con enorme esfuerzo salía el Carmen Lagunillero, como cariñosamente se la conoce bajo vítores y aplausos de los devotos. Una levanta tras otra comienzan a sucederse las chicotas, andando de frente, punteras hacia arriba y sintiendo con el corazón el compas, llevando con la elegancia a la Reina del Monte Carmelo.

A su paso las calles se encuentran engalanadas con mantones que cuelgan de las ventanas y balcones acariciando sus flecos la brisa marinera, macetas flanquean los portales que permanecen abiertos a la espera de, con su divina presencia bendiga un año más su hogar. Poco a poco, este pequeño barco velero tripulado por estos valientes costaleros era mecido entre las olas de cofrades y devotos su paso por las estrecheces de sus callejas buscando el camino que lleve a la Patrona de los Marineros hasta la calle San Lazaro, lugar que año tras año se convierte en testigo de esa devoción que el pueblo iliturgitano siente por la Virgen del Carmen, aquí los estadales perfumados de romero se vuelven escapularios carmelitas, es la calle por la que el Guadalquivir pasa celoso de tanto arte por entre los arcos del puente. Son momentos que hay que vivir, es la emoción contenida de abuelas "sentaditas" a las que le fallan las piernas y elevan la mirada buscando el amparo de su sonrisa. Promesas que de año en año no se olvidan, que de un año en año se cumplen puntualmente como las marcadas horas de un reloj, parece estar escrito, los pétalos rozarán su cara mientras el sol se va apagando por el poniente y el cielo ya destella morado y se asoma una luna caprichosa que quiere verse desde todas las callejas y de en año en año, porque parece estar escrito. Los sones de la Ntra. Sra. De la Paz de Marmolejo (Jaén) ofreció un inmejorable recital marchas que convirtió la procesión de este año en toda una proclamación festiva del amor por Nuestra Madre, acompañando del mismo modo los pasos de esos costaleros que por amor llevan a María y que de nuevo por amor se han reunido bajo su parihuela. Es justo reseñar la labor de nuestros Maestros, al igual que la de todo su equipo así como el buen hacer de la cuadrilla de costaleros forjada año tras año. Elegancia y finura son algunos calificativos dignos del discurrir del paso de palio que llevó a nuestra Madre del Carmen por las calles de su barrio. "No cabe distinción alguna, todos iguales, todos a una, con esa fuerza que emana desde el corazón y no desde el cuello". Grandes palabras, con mucho sentimiento y fuerza que nos hace reflexionar y nos hace darnos cuenta del verdadero trabajo de una cuadrilla, una cuadrilla formada por costaleros venidos desde gran parte de la provincia Jienense así como de Sevilla y Córdoba.


Pese a ser fin de semana y estar en plenas vacaciones, la imagen de Ntra. Sra. del Carmen no estuvo sola en ningún momento dado el fervor del barrio hacia ella, recorriendo las distintas calles de la Ciudad de Andújar en una tarde en la que las temperaturas resultaron propicias para salir a la calle, aunque el calor no hizo olvidar los abanico a más de uno. A medida que avanza la noche, la estrella de los mares convertía los sembrados en un imaginario e inmenso mar. Vítores y piropos se sucedían al paso de la Virgen del Carmen mientras se adentraba navegando entre los adoquines de las calles de su barrio, proyectando su sombra en las paredes de típicas casas y rejas de su barrio. Numerosas fueron las emotivas levantas y dedicatorias por hermanos ausentes, familiares y amigos de esta Cofradía. A media noche y con la luna ya asomada sobre la ciudad, la Reina del Montecarmelo desembarcaba en el muelle Lagunillero de la Iglesia de Santiago Apostol a la espera de otro año más cuando otra vez, Andújar se revista de jazmines...

Desde estas humildes lineas, ,me gustaría hacer una mención especial puesto que pocas veces la emoción me ha acompañado escribiendo en este lugar como esta vez. Año tras año y llegada esta fecha a mi calendario, un regomello estridente en el estómago que hace que amanezca a una hora bien temprana para lo poco que tengo que hacer en esa mañana. Me gusta quedarme en la cama un rato imaginando qué me deparará la jornada qué destino me llevará una vez más bajo las andas de Nuestra Madre del Carmen... mi Madre.

Desde esa primera hora de la mañana, mi mente se centra en ese dulce rostro, imaginar cómo sonarán los acordes de la banda, el ambiente bajo el paso, costales en el suelo, la bulla de regreso y cómo caerán los kilos sobre nuestras almas y corazones Siempre ha sido igual, desde hace ya unos cuatro años. de Camino hacia la iglesia de Santiago me envuelvo en una profunda concentración que me llevará hasta Ella, allí todo cambiará, ver el rostro de aquellos que quiero ataviados con la ropa de costalero hace que me relaje y que el rostro se vuelva sereno. El primer suspiro del día me invade cuando los nervios afloran y qué mejor que un rato de charla con los compañeros, darnos ánimos los unos a los otros y disfrutar todos juntos de los momentos previos. Una vez dentro, el segundo pellizco y suspiro para mis adentros. Todo está dispuesto, el comienzo siempre se vuelve titubeante, pero tras los primeros minutos bajo sus pies, el regocijo de estar un año más allí con Ella envuelve todo mi ser, mientras cruzamos el dintel de la puerta para llevarnos a la Gloria.... pero este año todo a sido muy distinto, por causas ajenas a mi voluntad y por unos dolores en una de mis rodillas, este sueño se ha visto roto quedándome fuera de la cuadrilla. Ser costalero de Ntra. Sra. del Carmen es para mi algo muy especial por varios motivos tanto familiares como personales, pero sin duda alguna por que esta Cofradía me permitió el conocer a gente que vale mucho la pena, que merece la pena tenerlos a tu lado cargando kilos y sobre todo por que me abrió las puertas de mi querida Hermandad de la Amargura de Jaén de la que actualmente formo parte de la Cuadrilla del Palio.

Le tengo que dar las gracias a un maestro y amigo como es Rafael Mondéjar puesto que la dedicación, preocupación y gestos que tuvo hacia mi persona se ha echo patente en todo momento llegando incluso durante la procesión dedicarme una levantá. Esto es algo que nunca podré olvidar y que lo guardaré en el fondo de mi alma mientras viva. Desde estas lineas os quiero agradecer tanto a mis compañeros y amigos como a ti Maestro... 

GRACIAS DE CORAZÓN.

-Fotografías: Salvador P. Soriano

-Vídeos: Salvador P. Soriano y Noelia A. Fernández.
-Parte del texto extraido: http://sentirdeandujar.blogspot.com.es/