Mis Vivencias
¿Has Visto a Dios Caminar?
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Sevilla venera a Dios en la Tierra bajo el nombre de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder. Una portentosa efigie representativo del estilo Barroco Sevillano, considerada como una de las mejores imágenes de Juan de Mesa. Esta imagen combina el dolor de Cristo Hombre y el Poder de Cristo Dios. Su rostro marcado por el sufrimiento y el cansancio a consecuencia del esfuerzo físico camino del Calvario, aferrándose a su cruz y cargado sobre ella, con todos nuestros pecados. ¿Pero que tiene esta imagen que al contemplarla, tenemos la sensación de estar frente al Hijo de Dios? Esta misma fue la sensación que tuve la primera vez que viaje a Sevilla. Habia oido mil y una historias al igual que había visto una gran cantidad de vídeos en las que el Señor de Gran Poder era protagonista, con cierta curiosidad quería comprobar si estas historias eran ciertas. Quiso el destino que mis pasos me condujeron hacia esa magica Madrugá del 2007 en la que puede vivir y sentir una experiencia única e irrepetible. Horas antes, me encontraba muy cerca de la capital Hispalense mas concretamente en la localidad de Brenes acompañando musicalmente a Ntro. Padre Jesús del Gran Poder en la etapa en la que forme parte de la A.M. Ntro. Padre Jesús de la Pasión de Linares. Portentoso Nazareno con unos rasgos muy dulces que tallase el Escultor Carlos Bravo Nogales en el año 1940, realizada en madera de Pino de Flandes con rostro en madera de Ciprés siguiendo la estética de la escuela Barroca y que habia quedado patente en los Nazarenos Sevillanos. Procesiona en la tarde noche del Jueves Santo por las calles de Brenes sobre un Paso que diseñara y tallase Manuel Guzman Berjarano en madera de caoba y estilo Neobarroco, iluminado por seis faroles de plata realizados en los talleres de Hijos de Juan Fernández, lleva en sus esquinas los cuatro evangelistas realizados también en caoba y en los laterales del paso figuran también cuatro ángeles de madera policromada.
De esta manera la imponente imagen que tallara Juan de Mesa avanzaba sobre un mar de fieles que lo acompañaban fervorosamente, una muchedumbre que lo acompaña y lo arropan en su amargo caminar como si del mismísimo Simón de Cirine se tratara. Todo ello en un silencio que envuelve el discurrir de esta Hermandad, solo roto en ocasiones por una saeta espontanea. En ese mismo momento comprendí todo aquello que me dijeron, la devoción que se le procesa a esta imagen con rostro humano que con una gran zancada recoge sobre su cruz todos los pecados del mundo... el que nos da tanto, y tan poco le devolvemos nosotros... a día de hoy sigo sin saber explicar todos estos sentimientos que experimente teniendo al Dios de Sevilla frente a mi, y a día de hoy cada vez que tengo la oportunidad de viajar hasta la Capital Hispalense nunca me voy de allí sin hacerle una visita a El, el que me cautivo con su mirada, el del talón desgastado por tantas y tantas promesas que pasaron por el... El Gran Poder de un Dios cercano y humilde.
Sirvan estas humildes líneas para mostrarles la devoción, el cariño y el respeto que le tengo a esta imagen tan querida pero antes de acabar me gustaría decir una frase que sin duda me ha marcado y que tiene toda la razón...
"Si le tienen que poner un nombre al Dios de Sevilla, que le pongan Jesús del Gran Poder".
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