Ha pasado la Cuaresma, y aun en nuestro recuerdo perduran aquellos altares efímeros se configuran para dar a la estampa una belleza inusitada, con la diferencia de que ahora, María y Jesús están más cerca, a la altura de cualquiera. Apenas hace una semana, el Señor del Salvador caminaba con el izquierdo por delante y a paso largo por las anchuras y estrechuras del Jaén moderno y del antiguo, ofreciendo su pecho y sus manos, para que aquel que esté desnudo de amor encuentre en Él al Salvador. Porque en su reino no cabe la Amargura, que queda en la tierra desconsolada para dar el consuelo materno.

En la soledad de su Templo, Cristo aguarda volver a sentir el cariño de su barrio, poco mas de un año queda para que aquel romano vuelva a quitarle sus vestiduras, para que su cuerpo desnudo quede y su piel roce la áspera madera de la Cruz. Poco resta para que un sayón imponga el poder de la fuerza, y para que el Sanedrín haga lo propio con la palabrería, y el haz lo que diga y no lo que haga. Pero frente al poder civil o religioso, lejos de amilanarse, Jesús de la Pasión sacará pecho y extenderá sus brazos. Aquí está el Cristo, cuyo poder trasciende el de este mundo. 

Las Fotografías que aquí se publican fueran tomadas el pasado 18 de Marzo de 2014 durante el Solemne Quinario realizado a Ntro. Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras, perteneciente a la Hdad. de la Amargura de la Capital del Santo Reino. 

-Espero que sean de su agrado-